
En la capital británica los famosos buses de dos pisos conocidos como double-decker se utilizan desde 1875, aunque recién en 1907 empezaron a lucir su ardiente color rojo. Por razones comerciales esa decisión fue tomada por la compañía London General Ómnibus (LGO) creada en 1855. La historia dice que decide pintarlos de ese color para diferenciarlos de sus rivales. Actualmente funcionan en más de 200 ciudades en los cinco continentes. En Ecuador también los tuvimos y disfrutamos de ellos cuando recorrían la avenida Amazonas, a principios de los años ochenta. Fue por inspiración del doctor Álvaro Pérez Intriago, entonces Alcalde de San Francisco de Quito.
En estos días a nivel mundial, los autobuses de dos pisos que cubren largas distancias se utilizan en los cinco continentes, mientras que los empleados en transporte público citadino son menos comunes. No obstante, son populares en numerosas ciudades europeas y en muchos países asiáticos, sobre todo en aquellos originados en las colonias británicas. También las novedosas y coloridas versiones sin techo se utilizan en paseos turísticos diurnos y nocturnos en varias urbes.
El sábado 4 de julio de 1829 empezó a prestar servicios en Londres, el primer bus para pasajeros, uniendo dos sectores populares de la ciudad: Paddington y Bank. Era un carruaje tirado por tres caballos con capacidad para 22 viajeros que transportaba cualquier persona que pagara por ello un chelín, es decir, la décimo sexta parte de una libra esterlina. Tanto éxito tuvo aquella iniciativa que años después se construirían centenas de unidades de dos pisos, sin embargo, las autoridades demoraron décadas en autorizar su uso por razones de seguridad. En Londres, en estos momentos la red local de autobuses de todo tipo es una de las más grandes y extensas del mundo.
Cuenta con más de 6.800 unidades, que cubren un total de 673 rutas y 52 servicios nocturnos. Para ello, cuentan con 19.000 paradas techadas. Cada día, los buses simples, articulados y de dos pisos son utilizados por casi cinco millones de personas. La entidad que controla su utilización señala que hacen 1.800 millones de viajes anuales.