Ecuador conquistó el sueño que le venía siendo esquivo: cruzar, por primera vez, la meta final del Rally Raid más prestigioso y exigente del mundo, el Dakar.
Una página histórica escrita por el piloto ecuatoriano Sebastián Guayasamín y su copiloto argentino Mauro Lipes, abordo de la indestructible Toyota Hlux.
Fieles al espíritu dakariano de que la exigencia es al doble de lo que se cree, y a la filosofia Kaizen de Toyota, donde hoy debe ser mejor que ayer y mañana mejor que hoy, Sebastián Guayasamín supo levantarse de esas dos experiencias anteriores, en las que no se logró ir más allá de la etapa 5.
Esto llevó al equipo Ecuador Dakar a prepararse el doble de lo previsto, a cuidar los detalles más allá de lo necesario, a conocer su Hilux como a él mismo.
Y esta victoria llegó en un marco especial. El rally más didícil del mundo será recordado precisamente por eso, porque a pesar de que se corrieron 7055 kilómetros de los 8818 kilómetros programados, la dureza del recorrido, los cambios bruscos entre altas y bajas temperaturas, las 6 eta pas por encima de los 3 mil metros sobre el nivel del mar, lasfuertes lluvias que azotaron la zona y la complicada navegación de las etapas planificadas por Marc Coma, hicieron de este el Dakar más extremo de la historia reciente.
¿La etapa más dura? Para Sebastián y Mauro sin duda fue la etapa maratón, la séptima, con llegada en Uyuni, donde piloto y copiloto también debieron hacer reparaciones mecánicas (no se permitía asistencia) en la noche, a temperaturas bajo cero y con un recorrido de más de mil kilómetros sumando los dos especiales.
La gloria fue el sábado 14 al cruzar frente al Automovil Club Argentino, donde el sueño se volvió real en medio de abrazos con su equipo de asistentes, familiares y un grupo de seguidores ecuatorianos.